Practicar la gratitud tiene unos efectos extraordinarios a la hora de mejorar tu vida.
Y también la de los demás.
Hay numerosos estudios que señalan las múltiples ventajas para la salud mental de esta práctica sencilla pero algo subestimada en nuestra sociedad.
Pero también los beneficios son considerables a la hora de mejorar tus relaciones con los demás.
Piénsalo bien.
Agradecer es un acto de aceptación que no solo afecta positivamente al que es agradecido.
También al que agradece.
Creando nuevos vínculos entre ambos que refuerzan el bienestar y la forma de entendernos los unos a los otros.
Lo importante es practicar la gratitud de manera sincera.No simplemente como un hábito de buena educación social.
Una cosa es decir gracias.
Otra muy diferente es sentirlo.
Y es aquí donde está la diferencia que puede mejorar tu vida.
¿No te has dado cuenta de lo bien que sienta agradecer sin esperar nada a cambio?
Y no hablo de altruismo.
Esto se debe a que la gratitud está relacionada con la generosidad de manera directa.
Lo que hace que practicar la una nos lleva casi sin notarlo a la otra.
Pero ¿cómo puedes practicar la gratitud en tu día a día?
Agradecer las pequeñas cosas: mejorar tu vida cada momento
Desde el coaching sabemos lo difícil que es crear un nuevo hábito.
Sobre todo en los tiempos que estamos viviendo.
Pero la gratitud es uno de los que menos cuesta si vemos los beneficios que obtendrás a cambio.
Porque te ayuda a desarrollar una perspectiva distinta en la vida.
Valorándote.
Apreciando a los demás.
Mejorar tu vida a través de la de los que te rodean gracias al agradecimiento.
Además, practicar la gratitud te permite tener un mejor equilibrio emocional.
Reconociendo lo que tienes y lo que te aportan los demás.
El estrés es en gran medida una forma de reacción entre lo que somos y tenemos y nuestras expectativas.
La gratitud es desde vivir el momento presente, reconocer y aceptar lo que tenemos.
Que es mucho si te fijas.
La insatisfacción gratuita es también una excusa para defenderte de algo que te da miedo conseguir.
Practicar la gratitud rompe ese círculo vicioso.
Círculo que has estado alimentando posiblemente de forma inconsciente para no afrontar la incertidumbre que produce el tener en tus manos mejorar tu vida.
¿Y si fuera tan fácil?
Ideas para practicar la gratitud
SI quieres empezar a practicar hoy mismo, te propongo unas ideas para hacerlo en cuanto termines de leer este artículo.
Sin prisas.
De manera cómoda y sin hacer grandes cambios en tu vida.
O, mejor dicho.
Mejorando tu vida a través de un gran cambio que no te va a suponer mucho esfuerzo.
Para empezar, obsérvate.
Anota mentalmente cuántas veces dices gracias en tu día a día.
Y cuantas te gustaría decirlo, pero no te atreves.
¿Notas la diferencia?
¿Qué sientes?
Después intenta conectar con ese sentimiento positivo que te hace agradecer las pequeñas cosas de tu día a día.
Ese café matutino.
Una puesta de sol.
El levantarte cada mañana.
Tener tanta gente alrededor que te ayuda a ser quién eres.
Una sonrisa.
Tu cuerpo.
La vida.
Si lo piensas, hay muchas razones para practicar la gratitud de manera consciente y sostenible.
Algo que va a mejorar tu vida y la de los demás sin a penas esfuerzo.
Por eso la última palabra de este artículo es especialmente para ti.
Porque la siento con toda la intensidad que te mereces.
Gracias.